domingo, 24 de mayo de 2015

CLUB ATLÉTICO BUCARAMANGA



HISTORIA





Al finalizar la década de los 40 nace la idea de fundar el Club Atlético Bucaramanga. En 1948, año en que se inició el fútbol profesional en Colombia, se gesta la idea de crear el equipo búcaro. Sin embargo, fue hasta 1949 que se crea oficialmente el Club Atlético Bucaramanga.
Para la misma época estaban naciendo otros equipos futbolísticos en diferentes ciudades del país, tales como Millonarios, Santa Fé, Boca Junior de Cali, Medellín y el Atlético Municipal, hoy conocido como el Atlético Nacional, entre otros.

En el mosaico de fundadores

La historia se encargó de reservar un asiento para hombres como: Rafael Pérez Martínez, Luis Fernando San Miguel, Jorge Reyes Puyana, Vicente Díaz, Manuel Enrique Puyana, Juan B. Silva, Gustavo Mantilla Paipilla, Elías Solano y Enrique Orduz Ardila. Todos ellos verdaderos quijotes del deporte que le dieron vida al ente administrativo en 1949.
El apelativo para la naciente divisa profesional, que aún subsiste, saltaba a la vista; “Canarios” o “Leopardos”. Denominados así, debido al color amarillo de la camiseta. Para ese entonces el uniforme se completaba con una pantaloneta blanca y medias grises. Solo con la aparición del vistoso verde oliva, presente en la indumentaria en las décadas del 80 y 90.

En la galería de los presidentes

De los primeros años hay que citar nombres como los de Antonio Vicente Amaya, Enrique Paillié Ordóñez, Crisanto Duarte, Ambrosio Mantilla, Los hermanos Enrique y Alberto Orduz Ardila, Alfonso Mantilla, Simón Santander y José Luis Mendoza; cuya administración duró más de 10 años, en los cuales Bucaramanga pasó a llamarse Oro Negro en Barrancabermeja y Real Cartagena en la capital bolivarense.
Las Primeras Nóminas

De entrada fue necesario echar mano de los jugadores nativos de Bucaramanga, a los cuales se unieron algunos jugadores de renombre traídos de Barranquilla.

En esa primera plantilla se pueden recordar hombres como: los porteros Alfonso “Chichimoco” Carvajal y Pedro Pinto; Lucas Martínez, “El Flaco” mutis, “Jesucristo” Prada y “Perro” Castillo. Fueron los defensores; Samuel Otero, “El Loco” Ruiz, Noel Martínez, “Alambre” Carvajal, “Cháncharo” Cárdenas y Luís Pinto, los mediocampistas.
Mientras que los delanteros eran: “Pachingo” Guerrero, Juan y Jorge; “Guarapo” Mendoza, Arturo Palomino, Manuel López, “El Chino” Luís Becerra, Evelio Sierra y “Chori” Salcedo. Todos ellos dirigidos por el desaparecido Francisco “Pacho” Carvajal, ex - jugador de Millonarios y a la postre primer entrenador del conjunto amarillo. Esa fue la plantilla debutante.

La primera gran nómina que dejó huella en la historia

La primera nómina que marcó una gran huella en la historia fue la de 1951, que incluyó hombres destacados como Cayetano Fraccione, golero argentino apodado como “El Pez Volador”, dada su gran agilidad para volar de palo a palo. Al poco tiempo Julio “El Loco” Asciolo fue su reemplazo en la cabaña canaria.

Pero ellos no fueron los únicos venidos del sur, a su lado llegó una verdadera expedición gaucha conformada por “Judío” Stemberg, “Toto” Bernansconi, Norberto Peluffo, Carlos Gambina, Zazzini, Nicolás Gianastasio, Pesarini, Raúl “El Colorado” Dimarco y De Ambrosi, quien hizo las veces de técnico.

Complementaron el plantel los peruanos Enrique Augurto y Juan Cardoza, y el costarricense Carlos Umaña. Poco después llegaría su compatriota “Quincho” Quiroz, considerado uno de los mejores delanteros de la época y quizás de la historia “canaria”, todo un verdadero acróbata del gol; ejecutor de espectaculares goles de chilena de inolvidable recordación para los aficionados de mitad de siglo.

Pocos jugadores nacionales recuerdan esa primera gran nómina, sólo figuraron “Chico” Bustamante, Juan “Pachingo” Guerrero, el barranqueño Arturo Palomino y “Chancharito” Cárdenas.

En Colombia se puede decir que:

Cada ciudad ha asimilado una escuela

Los equipos futbolísticos de cada ciudad asimilaban una escuela de acuerdo a la nacionalidad que  imperaba en el aporte a cada institución. Sin lugar a dudas en el Atlético Bucaramanga ha predominado la escuela rioplatense a través de todo el tiempo.
Entres los técnicos destacados de la institución por resultados o trayectoria se pueden citar: los argentinos Norberto Peluffo, “El Andarín” Barbieri, De Ambrossi,y “Toscano” Rendo; los uruguayos Luis Fernández, Abraham González, Carlos Zunino, Raúl Betancourt, y Víctor Pignanelly; el paraguayo Soto Vergara; así como los colombianos Guillermo Acuña, Edgar Borona, “Pipas” Solarte, Humberto “Tucho” Ortiz y Carlos Mario Hoyos, entre otros.

A la hora de ponerse en los tres palos
En la historia del Atlético Bucaramanga, varios nombres han dejado huella: José Fraccione, Julio “Loco” Asciolo, “Chonto” Gaviria, Floreal Rodríguez, llamado “La Vaca Voladora”; Jaime Hernández, el vallecaucano “Negro” Sinisterra, Ernesto Berto, Adolfo Riquelme y José Carrillo, considerado como uno de los más brillantes, de grandes condiciones, pero malogrado para el fútbol por una lesión.
En las últimas décadas se puede hablar de Luís Alberto “El Loco” Landaburo, un histórico de River Plate, quien incluso pocos días antes del Mundial Argentina 78, fue excluido por “El Flaco” Menotti de la nómina definitiva anfitriona, a cambio del Héctor “Chocolate” Baley y Ricardo Lavolpe, el actual técnico de la selección mexicana.
De igual manera, varios son los goleadores por destacar. Hombres como Raul “Colorado” Dimarco, Walter Sosa, Perfecto Rodríguez, Carlos Gambina, Giarrizo, Omar Lorenzo Devanni, Horacio Diloreto, Emilio Vilarette, Rafael “Vallenato” Agudelo, Miguel Osvaldo González, Jesús “Kiko” Barrios y Orlando Ballesteros.

Pero sin duda el más importante a la hora del idilio con la red, ha sido José Américo Montanini, “La Bordadora”. Pues, salió como máximo goleador en la temporada del 58 con 38 tantos.



Aquel 60

El juego más enigmático y polémico de la historia, ha sido aquel de finales de la temporada de los 60’s. Restaban tres encuentros para culminar el torneo y el atlético se encontraba a un solo punto de su contendor Santa Fe, mientras Millonarios era tercero.

Al final, la decepcionante derrota por 5 a 1, derribó de inmediato la aspiración de conseguir la primera estrella, para quedar relegado al tercer lugar.

Varias conjeturas se han tejido acerca lo que pasó ese día. Incluso por parte de los mismos protagonistas; como por ejemplo la de que el equipo se vio afectado por el viaje con cuatro días de anticipación al juego, factor que no fue suficiente para adaptarse a la altura capitalina.

No obstante, la explicación que parece tener más validez, según los propios jugadores, es la falta de una estricta disciplina por parte del técnico “Andarìn” Barbieri.

Todos daban cuenta de la gran afición de este por el juego de cartas, práctica que según versiones acompañó al plantel durante las frías noches y madrugadas capitalinas. Incluso para completar, cuentan que Barbieri se presentó al Camping sólo diez minutos antes de empezar el partido, ya que se encontraba en el hipódromo apostando a las carreras.

Una de las Mejores

Bien vale evocar a la postre una de las mejores formaciones del equipo hasta nuestros días: Berto; Scrimaglia y Marini; Casalli, Janiot y Solórzano; Coll, Montanini, Giarrizo, Otero y Hermán “Cuca” Aceros, surgido del barrio Modelo, afianzado en esa temporada del 60 y considerado como el mejor jugador santandereano hasta nuestra época.

Las satisfacciones regresaron

En el 75 el técnico uruguayo Víctor Pignanelly, ex - jugador de Cúcuta y América, condujo al equipo a la primera serie final, nómina en la cual brilló el santandereano, Misael “Papo” Flórez. Dos años después, otro uruguayo al mando, Ricardo Pegnotti, llevó de nuevo el equipo a la fase definitiva.


La crisis económica tocó las puertas en el año 83

Don Reynaldo Rueda Castañeda y un grupo de amigos provenientes de la industria transportadora, se tomaron la tarea de salvar el equipo. Pero la intención salió cambiada; un grupo de jugadores brasileros y colombianos, éstos últimos con trayectoria en sus carreras, acabaron con la ilusión.

Para el 84, cuando incluso estaba en entredicho la participación en el torneo, el industrial santandereano Carlos Ardila Lulle apoyó la presencia del equipo en la temporada. Cuando menos se esperaba, por las dificultades económicas, Hermán “Cuca” Aceros, como timonel, cumple una gran campaña llevando a la institución al octagonal final.

La década del 90

Para la temporada del 90 asumió la dirección el técnico antioqueño Humberto “Tucho” Ortiz, quien ligó tres buenas campañas, sobre todo la inicial. Fue cuestionado porque no practicaba un fútbol atildado, pero ese fue a la postre un equipo sensato y auténtico, que jugaba acomodando el libreto a las características de sus jugadores.

Todos los rivales sabían que jugaba al pelotazo, pero con el mismo estilo salía avante. Todos le apuntaban al mayor, y el mayor era la cabeza de “Kiko” Barrios; Polo, Ramoa, Rico, Villar.... se la lanzaban para que este definiera o la bajara para concretar. Así de fácil, eso parecía, y con la misma fórmula fue tercero y se acercó por primera vez a la Copa Libertadores.

Pero en una larga historia, siempre aparecen los dolorosos. En el 94 ocurrió el primer misterio. Bucaramanga cae por primera vez. El descenso. Líbranos de todo mal..... El Atlético después de 35 años, ya no era equipo de primera.

Con la continuidad de un plantel que venía de ser revelación en el 93, el técnico Norberto Peluffo dirigió buena parte de la campaña, para darle paso al argentino Jorge Ramoa, quien terminó como jugador y entrenador. La victoria ante Pereira como visitante no alcanzó para evitar el desastre.

Por esas gracias del calendario, el paso por la B fue fugaz y en tiempo record; sólo duró cuatro meses y medio, regresando a primera tras derrotar a Lanceros Boyacá en el recién remodelado Alfonso López, bajo el mando técnico de Hugo Gallego.

En el 97, la gloria; el mejor año de la vida; Bucaramanga por primera vez en 48 años es subcampeón nacional, perdiendo la final ante América, pero con el pasaporte ya sellado para debutar en la Copa Libertadores.


Se armó un equipo de “obreros”


El técnico Carlos Mario Hoyos, sin figuras, con jugadores que incluso en algunos casos venían de la B, armó un buen equipo.  La gran historia la escribieron hombres como: “Chepe” Castañeda, Gustavo “Misil” Restrepo, Miguel Montañez, Manuel Galarcio, Pablo Casquete, “Cheo” Romero, Jhon Alex Rodríguez, el desaparecido Lucio España; Arturo Reyes, Diego Pizarro, Wilmar Moreno, Fredy Guirán, Armando “Piripi” Osma, Marcelo Ibáñez, y Orlando Ballesteros, entre los principales.


Vino la esperada participación en la Copa Libertadores 98. Y a fe de que Bucaramanga no fue inferior a la responsabilidad enfrentó en primera fase a América, Barcelona de Guayaquil y Deportivo Quito, campeón y subcampeón del Ecuador respectivamente.

Fue como debutante y no se “arrugó”, cumplió pasando la primera fase, pero fue eliminado en segunda instancia por “La Academia de Templaderani, el club Bolívar de La Paz, campeón boliviano.


El segundo misterio doloroso fue en el 2001


Bucaramanga cae por segunda vez. Como si la lección no se hubiera aprendido, siete años después vuelve a descender. El técnico santandereano de más trayectoria y reconocimiento en el tiempo reciente, Jorge Luis Pinto, recibe el equipo, pero no puede evitar el declive, cargando con el lastre de una plantilla venida a menos ya desde la dirección de “Barrabás” Gómez.

 Si el regreso en el 95 fue en tiempo record, lo del 2001 fue sin antecedente alguno. Por esas cosas del fútbol, colombiano por demás, el conjunto leopardo estuvo en la B sólo un mes aproximadamente.

Bucaramanga regresó a Primera División


En un triangular jugado en Cartagena ante Unión Magdalena y Cúcuta, bajo la dirección técnica de Alexis García, Bucaramanga regresó a Primera División derrotando en definición desde el punto penal al cuadro motilón.

La historia no para. Continúa entre buenas y malas, pero la tarea cumbre está aún por cumplir. Ya son muchos años sin celebrar, por eso el clamor es uno sólo: Atlético Bucaramanga, una estrella por favor.

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